Ideas y buenas ideas
Siempre he presumido de tener ideas para dar y tomar, aunque ninguna sirvió para nada.
Tener ideas es muy fácil. No tiene mérito, porque las ideas surgen sin hacer uno nada. Aunque seguramente hay técnicas para dejar abierto el grifo de las ideas. Eso, como cualquier otro trabajo, tendrá algo más de mérito.
Sin embargo, las buenas ideas son muy difíciles. Hay que coger la idea en bruto y pensarla muchas veces, retocarla, domarla y ajustarla a como uno entiende el mundo.
Hace poco, por ejemplo, se me ocurrió una idea para un negocio. No era muy original. Cogía un ingrediente de aquí y otro de allá, y parecía algo consistente. Pero había algo que no me convencía, hasta que me hice una pregunta: ¿esto para qué sirve y por qué habría de hacerlo? Seguramente podría llegar a funcionar bien (si tuviese dinero y tesón para ponerlo en marcha), pero el caso es que no me gustaría llevar a cabo esa idea, porque no creo en las premisas de su existencia. Pongamos por caso que fuera una aplicación para valorar obras de arte. Ingredientes perfectos. A la gente le gusta mirar cosas y opinar sobre ellas, especialmente usando sistemas tan simples como estrellitas, o me gusta/no me gustas. Y también tirarse el pisto escribiendo sus opiniones y rubricándolas con su nombre. Opinar me parece bien, pero ¿qué valor puede tener ponerle un like/no like a un cuadro de Picasso, o asignarle unas estrellitas a una foto del Partenón? ¿Sirve para algo la medida de la popularidad? ¿Aporta valor al objeto o al individuo, o le aporta a alguien conocimiento o bienestar? ¿Para qué puede servir algo tan fútil como una puntuación de uno a diez, o de uno a cinco o, lo que es peor, de uno a dos (en el caso de los like/no like)? Tanto da si opinan mil millones de personas.
Uno solo puede fiarse de una opinión escrita. Por ejemplo, uno puede leer: "esta película explora en profundidad tal faceta del ser humano, lo hace de una manera amena y con unas cualidades técnicas fascinantes, con una banda sonora muy trabajada". Si a uno puede interesarle esa faceta del ser humano, querrá ir a ver la película. Si le interesa poco o nada, preferirá buscar otra película que se acomode más a su gusto, por mucho que esta sea un prodigio en todos los sentidos...
Otra crítica: "tal libro es fascinante, una de las mejores obras del autor, sin duda". Si uno no sabe nada de tal autor, esta crítica no significa absolutamente nada. Y si lo sabe, también es una crítica muy pobre, así que no parece tampoco fiable su juicio sobre el valor de la obra. Hay que buscar otra crítica...
Pero leer y analizar es cansado, en comparación con las estrellitas o un 6,7 de puntuación media en el tomatómetro.
¿Cómo resultaría si uno se dejase guiar en la vida por lo popular, por lo que "la gente" hace? Uno bebería cocacolas, porque es la bebida más popular del mundo, comería pizzas y hamburguesas, solo vería taquillazos y series de éxito, leería best-seller... A más de uno le parecerá una vida idílica y no pienso discutirlo. Seguramente es una fórmula válida para muchas personas.
Yo he pensado que resultaría mejor utilizar mis ideas para hacer cosas mejores, no que vendan más. Ya me gano la vida como puedo y, aunque a veces la economía es algo estrecha, no necesito más. Me sentiría muy satisfecho si alguna vez pudiese crear algo que de verdad ayudase o mejorase la vida de las personas, no solo que las mantuviera aturdidas en una especie de éxtasis de irrelevancia.
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