Blancanieves
A continuación se desvelan detalles de la trama de la película Blancanieves, de Disney, y tal vez de otras películas u obras literarias.
Hoy he visto la peli, después de millones de años. Tras 82 años, puede decirse que ha envejecido admirablemente bien. La animación es fantástica. Se nota mucho que hay escenas que están calcadas, fotograma por fotograma, de grabaciones de vídeo que seguramente se harían al efecto. De hecho, creo recordar haber visto un documental donde se explicaba algo semejante.
Me hizo un efecto parecido un capítulo de Popeye, en el que lleva al zoo a Cocoliso. Acabo de mirarlo y es más o menos contemporáneo de Blancanieves (que es de diciembre de 1937). En ese corto de Popeye, no solo se utilizan fondos reales, sino que la animación es también muy laboriosa y resultona.
La historia de Blancanieves no tiene ni pies ni cabeza. Se vale uno del cuento original para comprender algunos detalles, como el hecho de que Blanca y el príncipe sintiesen amor verdadero mutuo, cosa que en la peli no está muy clara, ya que parecen conocerse nada más que de dos minutos, y Blancanieves se iba corriendo a esconderse.
Me ha sorprendido escuchar que Blancanieves tenía la voz de Penny. Lo he mirado y el re-doblaje es de 2001, así que todo bien.
Creo que estas películas tendrían que rehacerse. No como se rehacen ahora las cosas, solo por hacer dinero, en 3D o con personajes reales. Tendrían que rehacerse porque tienen valor, aunque está enterrado debajo de toda una capa de mierda Disney, por así decirlo.
Los enanitos son unos tíos solteros y guarros, aunque eso parece admisible y gracioso. Blanca es la chica y los hace entrar un poco en vereda. Se queda a vivir con ellos a cambio de limpiar y hacer la comida. Es un detalle casposo obvio, igual que el hecho de que ella sea la princesa y el maromo sea un príncipe. Estos toques monárquicos no aportan absolutamente nada a la historia, ni siquiera a modo decorativo.
Hay otros detalles más sutiles que resultan mucho más peligrosos. Por ejemplo, los enanitos llegan a casa y se asustan porque hay luz. Desde fuera, deducen que en la casa hay un fantasma, duende, demonio o dragón (o peor: un okupa; ahora hay un divertido brote fascistoide de antiokupismo). Luego entran y ven que está todo limpio y que hay comida recién hecha. Por último, ven el bulto que es Blancanieves durmiendo, ocupando tres de sus camitas, y llegan a una conclusión: es un monstruo. Y toman una decisión: matarlo mientras duerme.
Dicho de otro modo: ante algo desconocido, lo que hay que hacer es matar.
La malvada bruja había llegado por su parte a una conclusión idéntica ante un problema de distinta índole: eliminar a la que hacía sombra a su belleza.
¿No es algo raro decidir matar como solución a una variedad de problemas? ¿No es acaso una solución conocida y utilizada por la humanidad desde muy antiguo? ¿Y no es algo que sabemos que es un error grave e irreparable?
El otro día también re-vi la de La noche de los muertos vivientes y, si alguien recuerda cómo acaba la película, podrá atar cabos y ver con más claridad el punto que estoy señalando.
Primero, dispara, y luego ya veremos. Esa es la conclusión a la que llega Doc, que en español vino a llamarse Sabio, para más INRI.
Hay otro detalle que no me gusta, y es recurrente en el universo del entretenimiento para niños (al menos en materiales de consumo generalista): como recurso cómico, le suceden pequeñas putaditas a ciertos personajes, que siempre son los mismos. En este caso, son dos: Mudito y la tortuga. Mudito es el único imberbe, es mudo, y a menudo sufre malos tratos de sus compañeros. Además, tiene tendencia a tropezarse, caerse, etc. A la tortuga, le pasa parecido. Todos los animalitos del bosque son perfectamente competentes. La tortuga, como es lenta, parece que también es idiota. Está todo el rato yendo de un lado para otro, pero nunca llega a ningún lado, porque es demasiado lenta, así que es blanco para todo tipo de tropiezos y humillaciones.
¿De verdad es necesario? ¿No podemos ser más listos y hacer risa de manera inteligente? No hablo de la tendencia estúpida de hacerlo todo al revés y de pronto poner Blancanieves feministas y Muditos que hablan a través de su smartphone. Hablo de no seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez, durante décadas y milenios.
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