Transicional

Veo que llevo casi dos años sin aparecer por aquí. En su día decidí dejar de lado el blog, porque hay un ínfimo número de personas que utiliza la información ajena para cotillear, putear, etc., y eso hace que no merezca la pena bloguear, aunque los beneficios sean variados.
Pero releyendo algunas de estas páginas me siento menos insignificante. Todo lo que cae en el olvido me hace gris. Dejar unos pensamientos por escrito me hace ver que no estoy (que no estaba) vacío por dentro. Tengo tendencia desde siempre a acaparar muchos conocimientos y pequeñas experiencias, y luego olvidarlos con mucha rapidez. Podría llegar al final de mi vida y decir como aquel personaje de Baroja: ¡qué poca cosa somos! Apenas cuatro recuerdos que podrían pertenecer a cualquiera. Unas sensaciones, unas canciones que nos emocionan, y ya.
En este tiempo me he ido desconectando progresivamente de esa "realidad" acechante. Mejor dicho: actualidad. Ahora me llegan muy amortiguadas esas noticias tan graciosas, con retraso y cuando ya no le interesan a nadie. ¿Que la carne roja y procesada da cáncer? Pues oiga, dos semanas hablando todo el mundo de ello, y era una noticia antigua, algo que "siempre" se ha sabido, que ciertas cosas no deben consumirse en abundancia. Los atentados de hace un par de días en París sí los seguí, porque tengo familia allí. Todos bien, aunque malestar en el ambiente.
Las redes sociales ya son un vago recuerdo para mí. Los periódicos, salvo anteayer que me vi en la necesidad de buscar algunos datos, una rareza.
Lo que sí me ha dejado flasheado últimamente han sido las "últimas noticias" sobre ortografía. Hay una sección en la RAE con preguntas frecuentes. Hace poco la visité y me quedé hecho polvo. Yo pensaba que lo que sabía desde la infancia era letra escrita a fuego. Pues de eso nada, oiga. Cambian lo que les da la gana. Ahora truhan, guion, se escribe sin tilde, y crio, rio o fio (pretérito de criar, reír y fiar, respectivamente) son palabras monosílabas. Los pelos como escarpias.
Eso, y otras cosas que tocan en lo personal y que, por ahora, prefiero dejar en el economato. Unas, por no "dar nombres" a los malos. Otras, porque están sin digerir. Otras, porque no sé dónde colocarlas. Típicamente en las películas americanas, con una simplicidad propia de la cultura del Nuevo Mundo, los acontecimientos más graves "se superan" con más o menos dificultad, en más o menos tiempo: muerte de seres queridos, catástrofes amorosas, etc. Estaría preocupado por mí mismo, si no supiera que esos modelos son irreales. Mentirijillas para tontorrones. O para justificar que un ser querido era de verdad querido, aunque en varios años, o incluso en diez o quince años, pueden borrarse sus huellas, aunque se declare que ese ser querido sigue vivo "por dentro", porque hay que seguir "adelante". Pues a mí se me han muerto una o dos personas, y algo ha muerto dentro de mí, y no va a resucitar, ni nada va a crecer por encima, ni por fuera, ni por ningún lado. A lo mejor cuando podas el árbol, crece más fuerte por otro lado, o a lo mejor te has cargado el puto árbol. A mí me caen muy bien las plantas, pero las cuido fatal. Sólo se me da bien el moho de los limones en la nevera, y el del pan Bimbo (literalmente, de esa marca).
Hace bien poco he pensado que esto puede pasar, que las cosas no se "superen", y ahora estoy viendo que uno puede quedarse atascado en esa "espera de la superación", y al final son años perdidos. Al cabo de los años me repetiré... Cantaba Manolo García que "nunca el tiempo es perdido". Pues será para él. Yo hay un montón de tiempo y de experiencias que considero tiempo perdido, perjudicial, dañino. De haber tenido un par de criterios claros, yo hubiese no-perdido y no me hubiese jodido (al menos del mismo modo) viviendo un montón de experiencias de puta mierda.
Ahora que avanzo a paso firme hacia los 40, odio la "fatalidad". Fatalidad, como la de las mujeres fatales de la novela negra. La autocondena a repetir patrones de comportamiento autodestructivos. A los que os pase eso: que os den. Si os juntáis con quien no debéis compulsivamente o "no sabéis por qué", os jodéis. Sí lo sabéis: porque sois gilipollas. Y os digo una cosa: la evolución existe. Uno no es "siempre el mismo". Se va cambiando. No en lo esencial, pero sí hay cierta evolución... Los que íbais mal desde el principio, iréis a peor. Y puedo decir por fín: ¡no lo siento nada! Habéis tenido tiempo de sobra. Habéis encontrado apoyos. Salidas. Ahora os jodéis. No me regocijo, pero tampoco siento compasión. No se puede al fin sentir el dolor del que se tira a las llamas una y otra vez.
Tampoco pido compasión para mí. Sin duda tengo lo que me merezco.
En el último año, estoy contento porque he recuperado un cierto ritmo de lectura, y porque sigue habiendo libros. Hay un montón de libros y de autores desconocidos (o desconocidos para mí) que merecen la pena. Me siento tan cerca de algunos autores o autrices, que a veces me da angustia no poder conocer a esas personas, no haberlas conocido, y también a otras personas que sientan lo mismo en todas las épocas... A lo mejor están ahí, quién sabe, y te cruzas con una de esas personas en el metro, pero es imposible saberlo. Tendríamos que empezar a llevar "palabras clave". Antes uno llevaba a Samantha Fox en su carpeta. Pues ahora la palabra "towanda", que significa "hagamos algo locuelo" que pueden llevar en su carpeta los fanes de "tomates verdes fritos". Yo tenía una carpetilla del "club de los poetas muertos", que no sé de dónde había sacado, y era una peli obligada de juventud. ¿Qué decía aquella frase? Algo de extraer el meollo, o el cogollo. Habría que recuperar esa costumbre. Llevar una ropa de moda, un corte de pelo, un pantalón caído o un tremendo escote, pues vale. Pero si ves a alguien que lleva tu frase (sea la que sea)... Puf. Mejor evitar la música, porque seguro que todos los tontos tenemos las mismas tres frases escogidas, porque los músicos son peores que los poetas en lo que respecta a las frases elaboradas, y como la música nos da gustillo... Pues ale, todos a por las mismas cuatro frases.
Ahora hay más copieteo que nunca. Se nota mucho en el cine. Es exasperante. Ahora tenemos a Alicia de Disney, a la nueva Alicia de Tim Burton, a la de los videojuegos góticos, a Alice Liddell, a Kathryn Beaumont, y son todos personajes tan distintos... Es la norma hoy en día: coge una historia de siempre y rehazla manteniendo los nombres y alguno de los detalles. Fuck you, en general, aunque alguna de las historias mejoran sobremanera sus originales.
En FB y Twitter se cogen, moldean, manosean y sobetean una y otra vez las mismas frases, giros, conceptos y chistecillos, en ocasiones con resultados sorprendentes...

Pero creación hay poca y las mejoras son tan raras y con los ámbitos tan limitados... Es un mal de siempre, pero muy de hoy, muy actual. Se nota cuando ves un eslógan de un anuncio y piensas "eso podría haberlo dicho yo, debe de ser muy malo". O cuando ves el refriteo del refriteo, y es un éxito. Atentos: una peli hecha con muñecos imitando una peli que copieteaba argumentos de miles de historias parecidas, y es un éxito: Lego Star Wars. ¿O Angry Birds Star Wars? ¡Ala! Star Wars 1, 2, 3, y luego la 4, 5 y 6, y lo que nos queda, porque ahora se estrena otra... Si hay mercado, hay venta. Lo curioso es que Loca Academia de Policía (hubo 7 entregas) sea de gilipollas, y sin embargo Star Wars sea de ¿culturetas? No me lo puedo ni de creer. Vale que la 1 estuviese bien, y de rebote la 2 y la 3, como una vulgar saga de Piratas del Caribe... Pero de ahí al friki-ato...

Comentarios