Caldo 'pollo

La marca de tabaco con tipografía expresionista, IDEALES, pidióse en alguna época remota como "caldo de pollo" (según mi viejo). Debía de haber dos colores, verde/azul o blanco (no recuerdo) y amarillo, aunque no he encontrado ninguna referencia amarilla por la red. Vaya vd. a saber si no sería el paquete blanco amarilleante o verde decolorido (!). Era picadura.
Por lo visto, entrabas al estanco y pedías un "caldo 'pollo", y te daban eso. O a lo mejor te daban un caldo de pollo de verdad, porque antes en los estancos había de todo, sobre todo si eran de pueblo. Como mínimo, eran expendedurías de Tabaco y Timbre. Tabaco, sellos, letras de cambio, fichas de teléfono, títulos de transporte, certificados médicos, papel timbrado... Un inventario que podía (y aún puede) expandirse con casi cualquier cosa concebible, según la situación geográfica y el emprendedurismo del dueño: chucherías, lupas, naipes, embutido, prensa, lejía...
Re-iniciado en el mundo del tabaco picado y rodeado de liadoras, papel, filtros y pitilleras de hojalata. Como siga la crisis, dentro de poco me veo comprando el tabaco directamente en pacas (o balas) de hojas, picándolo con la UFESA, y liándolo con papel de arroz o maíz homebrew. Pegamento: mocos o celo del chino.
Ahora bien, si mezclamos los ingredientes y les damos la vuelta, si fuera rico contrataría a un chino para que me liara el tabaco. Me he reencontrado con el sabor perdido. No sé si será por el cambio de marca, pero ahora está más rico. Yo digo que será más fumar a lo bruto, porque cuando he utilizado filtros gordos (parecidos a los de los cigarrillos normales), parece que me hacía menos gracia y tenía menos sabor.
Según mi vieja, ahora hago (o soy, no me queda claro) como "los drogadictos". Es inútil explicarle que cada vez hay más gente que fuma tabaco de "liar" o "entubar" (como reza en el paquete de IDEALES de 20 gramos). Para esa generación, la palabra "drogadicto" va inevitablemente unida al papel de fumar, las jeringuillas y el SIDA. Y, para muchos, se pueden meter otras palabras en el paquete: homosexualidad, cárcel, marginalidad... Por no hablar de política. Recuerdo una historieta de Spiderman en blanco y negro (sería de John Romita) donde, ante una serie de desórdenes, una señora vieja acusaba de los desmanes así, en general, a "los drogadictos". Parece que antes era todo más discreto. Los causantes de los desórdenes podían ser "los drogadictos" y el modesto Spiderman luchaba contra el Sindicato Siniestro. Después ya todo eran alienígenas con superpoderes, como mínimo. En Bola de Dragón, mucho más tarde, pasaba parecido. Cada vez los malos y los buenos eran más mortíferos y sofisticados.
Hablaba el otro día, no sé dónde, sobre la peli Rango, que me gustó, y decía que mi hijo fue capaz (a instancias mías) de resumir el argumento en una sola frase, que rezaba algo así como "Rango no sabía quién era y al final era un scheriff del oeste", cosa que se ajusta perfectamente a la idea que yo tengo de un resumen certero de esa historia. Reflexionando, otro día distinto, mi hijo notaba que víbora Jake parecía muy malo, pero el alcalde (la tortuga) era mucho más malo. Se daba cuenta de que la víbora daba mucho miedo, pero quien tenía el poder de sojuzgar a todos era el puto alcalde.
Reflexión interesante. No sólo por motivos que, hoy en día, son más obvios y pueden asociarse sin pensarlo dos veces a políticos, banqueros y, en general, a señores importantes que tienen que decidir (como cantaba Rosendo). Sino porque, como pasó en la película, y como viene sucediendo en la historia del Universo (aparentemente), en un momento dado todo puede irse al carajo, explotar y después volver lentamente a su cauce. Los periodos de "bienestar" o "equilibrio" parecen, en general, más largos. Y los de explosión, de crisis, una breve explosión, donde el desorden inmediato lentamente va reorganizándose para recobrar el orden.

Otro día charlaremos brevemente acerca de la teoría de la relatividad aplicada a lo social. Igual sale algo divertido.

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