Conclusión Zifariense

El otro día acabé el Zifar. Reconozco que me salté páginas de cuando el Zifar les da la turra a sus hijos con lo que debe y no debe hacer un ¿hombre? ¿caballero? ¿rey? ¿persona? Mezcla de coñazo insoportable con irrelevante, dado que la mayoría de las frasecillas ya iban entremetidas en el resto del relato. Así que: redundante.
Lo que me ha quedado bien claro es que todo caballero (al menos los fijosdalgo) tiene que ser diestro en las "tablas" y en el "axadres". Es el kit mínimo. Lo del ajedrez está claro, aunque no recuerdo que se juegue ninguna partida en el libro. Las tablas también eran juegos de mesa variados, de lógica y de estrategia. Vid El libro de los juegos.
También me queda claro que lo más mejor que existe, cuando una persona se maravilla, es que algo sea todo de oro macizo y de finas piedras preciosas, cuanto más gordas mejor. A última hora me parece que salía en el relato un zafiro gigante, cuyas propiedades únicas (en cuanto a utilidad) consistían en detener las hinchazones y las hemorragias, de tal manera que (creo que fue el mismo Roboán) alguno se entretenía en "sacrificar reses" donde estaba el zafiro, pero éstas nunca morían desangradas, sino de hambre, porque además de ser apuñaladas sin que manase la sangre, tampoco les daban de comer ni beber, así que morían igualmente.
Hay historias muy sugerentes que casi siempre quedan en caca de la vaca, porque al final se andan con moralinas y gazmoñeces pavisosas. El escritor es graciosamente inexperto, en el sentido de que no tiene sentido ninguno de la estética ni del ritmo de la narración. Le da igual repetir motivos una y otra vez. Pasajes que son santos coñazos, son rebañados hasta el fondo. E historias que podrían alargarse muchas páginas, se despachan con unas pocas líneas.
El Quijote ya me hacía poca gracia cuando me cogió inmaculado, pero cuanto más leo (de lo de antes y de lo de después), menos todavía. Yo no sé qué se cocía en la época del Zifar (término 1 de la comparación, hablamos de principísimos del XIV) y un poco más lo que había en el Manuscrito hallado en Zaragoza (término 2 de la comparación, principísimos del XIX).
El Quijote no tiene nada de parodia. Es decir: no se puede parodiar lo que, ya en sí mismo, es una parodia. Lo del Zifar, por ejemplo, es de coña casi todo el rato. Te partes de la risa con personajes y situaciones, y otros sub-relatos más lírico-fantásticos están cogidos a su vez de otros libros de la época o anteriores. Entonces, el Quijote, como parodia, no tiene nada que hacer, porque los libros de caballería han sido artículos de broma desde que se inventaron. No digo la épica, pero los libros de caballería, seguro.
En cuanto a técnica narrativa, si es el gran logro del Quijote, no me interesa ni lo más mínimo. Siempre se inventan nuevas técnicas, y están los que hacen maravillas y los que hacen caca, utilizando la misma técnica novísima.
Ser "el primero que nosequé", está bien (para los de su pueblo). A mí me da un poco igual, teniendo el privilegio de contemplar tantos siglos de historia de la literatura desde mi posición.
Así que tal vez sea ahora un buen momento para revisitar el Quijote. Me lo leí en su día, cuando fui "empujado", y si no lo utilicé de almohada para dormir la siesta fue porque estaba muy duro, no por falta de sueño. El resto de mi animadversión se basa en las loas sin mesura que se le despachan ciegamente, muchas veces con un catetismo ínclito, especialmente desde los medios de comunicación.
Me agobia un poco, porque ahora quería sumergirme de lleno en las memorias del Baroja, que son una porción de páginas, pero tampoco quiero morir criticando el Quijote porque me cayó mal en una determinada época.
Así que voy a ver si encuentro una edición de tapas blandas, a ver si así se duerme la siesta a gusto de una puta vez.
* También voy a confiar en las muchas personas que han gustado del Quijote, aunque fuese capaz de gasear a todas las legiones que, sin más, se han hecho eco con críticas tipo "hola tengo siete años".
** NO perjuro que vaya a releerlo. A pesar de todo, sigo considerando que tengo tantos libros que leer y releer, que el Quijote es uno más en la lista.

*** Además, en mi época, yo era fan de Lope y de Calderón (Quevedo y Góngora nunca me han interesado, por no hablar del resto), y eso tiene que significar algo en lo que respecta al Quijote. No obstante, se precisa una lectura más "adulta" para sentar cátedra, y yo no la tengo aún. Asco de vida, no da tiempo a todo.

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