Baño de albóndigas
Ahora me inquieta mi relación con las albóndigas cuando era pequeño. ¿Cómo era esa relación? Yo creo que en mi casa eran irregulares. A veces estaban riquísimas, pero otras veces eran un "bluf". A lo mejor estaban secas o la salsa no estaba muy fina. Entonces, supongo que el día que estaban ricas, uno se comía todas las que le cabían, y el día que no, se fingía desganado, con tal de no mostrarse desengañado.
Es que tengo unos hijos que matarían por unas albóndigas. La receta que manejan su abuela y su tía abuela por parte de madre, es la que me gusta a mí. Pero siempre que les pregunto, responden con vaguedades, tipo "sofrito de cebolla, zanahoria, un tomate...". Ya. ¿Y de dónde sale ese delicioso líquido, que es como un puré finísimo, sin llegar a ser sopa? ¿Eso qué es? ¿Diez kilos de zanahorias destiladas? Sé que mienten.
No obstante, mis salsa macarra de albóndigas también está rica, aunque es algo macarra, y no deja de parecerse a una especie de puré de pimientos, cebolla y zanahoria, no muy pasado. Y la masa de albóndigas: ajo, pan, leche, huevo y albahaca o perezgil. Rica, aunque igual abuso del ajo. Otro día hablaremos del ajo. Porque tiene muchas propiedades... La más importante: mantenerte a salvo de los vampiros. Creo que también es bueno para la tensión. ¿Pero para qué quiere uno tener bien la tensión si un vampiro le pega un mordisco?
El caso es que esos hijos, que yo recuerde, pocas veces o ninguna definen las albóndigas como su plato favorito. Dicen espaguetis, arroz, sopa. A mí había una sopa que me gustaba mucho. Era sopa de pescado con arroz (en lugar de fideos) y un huevo escalfado. Pero estos suelen comer la del cocido, o de verduras. El arroz y los espaguetis, con tomate. Si es casero, mejor. Si no, se apañan con el del bote.
Y luego hay platos que devoran, como las albóndigas o el huevo frito, o lo que últimamente llaman "tabla de ibéricos", donde yo pongo también paté y queso. Y el melón con jamón, si está hecho con pulcritud (y jamón de bellota fino y graso), también les entusiasma.
Pero nunca se acuerdan de las albóndigas y el huevo a la hora de recitar su comida favorita.
¡Horreur! Maldita sea, creo que ya sé lo que pasa: no siempre les gustan las albóndigas (!). Mmmm.... Aunque no recuerdo que en los seis últimos meses no las hayan devorado y casi se hayan comido el plato. Habrá que observar.
Es que tengo unos hijos que matarían por unas albóndigas. La receta que manejan su abuela y su tía abuela por parte de madre, es la que me gusta a mí. Pero siempre que les pregunto, responden con vaguedades, tipo "sofrito de cebolla, zanahoria, un tomate...". Ya. ¿Y de dónde sale ese delicioso líquido, que es como un puré finísimo, sin llegar a ser sopa? ¿Eso qué es? ¿Diez kilos de zanahorias destiladas? Sé que mienten.
No obstante, mis salsa macarra de albóndigas también está rica, aunque es algo macarra, y no deja de parecerse a una especie de puré de pimientos, cebolla y zanahoria, no muy pasado. Y la masa de albóndigas: ajo, pan, leche, huevo y albahaca o perezgil. Rica, aunque igual abuso del ajo. Otro día hablaremos del ajo. Porque tiene muchas propiedades... La más importante: mantenerte a salvo de los vampiros. Creo que también es bueno para la tensión. ¿Pero para qué quiere uno tener bien la tensión si un vampiro le pega un mordisco?
El caso es que esos hijos, que yo recuerde, pocas veces o ninguna definen las albóndigas como su plato favorito. Dicen espaguetis, arroz, sopa. A mí había una sopa que me gustaba mucho. Era sopa de pescado con arroz (en lugar de fideos) y un huevo escalfado. Pero estos suelen comer la del cocido, o de verduras. El arroz y los espaguetis, con tomate. Si es casero, mejor. Si no, se apañan con el del bote.
Y luego hay platos que devoran, como las albóndigas o el huevo frito, o lo que últimamente llaman "tabla de ibéricos", donde yo pongo también paté y queso. Y el melón con jamón, si está hecho con pulcritud (y jamón de bellota fino y graso), también les entusiasma.
Pero nunca se acuerdan de las albóndigas y el huevo a la hora de recitar su comida favorita.
¡Horreur! Maldita sea, creo que ya sé lo que pasa: no siempre les gustan las albóndigas (!). Mmmm.... Aunque no recuerdo que en los seis últimos meses no las hayan devorado y casi se hayan comido el plato. Habrá que observar.
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