Mi no casero
La cosa ha sido más o menos así...
Después de la protocolaria "apertura de la puerta", el tipo se ha puesto a encender luces como si fuera gratis, y a subir persianas, no tanto para dejar ver las magníficas vistas a un patio interior con un pozo negro manufacturado de manera defectuosa, como para ahuyentar a las negras humedades de la muerte por malaria, dengue o bronquitis crónica.
Después de una sucinta conversación acerca del anterior inquilino, que debía ser poco menos que el Mr. Hyde de la ciudad, el tipo me espeta que es un piso ideal para un "bohemio o algo así". Yo completo el "algo así" diciéndole que también es una vivienda ideal para un "vampiro o un champiñón" (es lo que me surigirió la mente a la mezcla de olor a descomposición, humedad y oscuridad).
Por fortuna para mí, las personas como mi futuro no casero pasan por encima de este tipo de comentarios gráciles como muflones en época de celo. Por cierto, que ayer re-pusieron el mítico capítulo (segunda parte, por si alguien quiere ojearlo) sobre rapaces nocturnas de Félix Rodríguez de la Fuente, y ya he asociado dos de las no menos míticas frases/palabras: el "cazador cazado" no es otra que la "musaraña". Y también en este capítulo aparece el "lirón careto" (que es uno de los bichos más utilizados cuando se imita a Rodríguez de la Fuente). Qué tío más máquina.
En resumen: para este tipo de personas que posee gran parte del país, en forma de pisos y bonos del estado, a los bohemios (amigos míos bohemios) les gusta la oscuridad y el olor a mierda, o bien son gilipollas.
Además de pintoresco y muflón, mi futuro no casero ha resultado ser la mar de original. Mi casero no será, pero yo con este tío tengo que tomarme unas cañas algún día y fuera de la relación no-casero/no-inquilino. Se interesó, en apariencia desinteresadamente, por mis actividades, cosa a la que no le di la menor importancia, después de haberle asegurado que no solía enterrar cadáveres en casa ni montar laboratorios de LSD. Pero luego me lanzó una rápida batería de preguntas acerca de las patatas. Fue una cosa así:
—Porque siempre están los que le gusta la fresa y la menta, el bíter y la cerveza... [nota: esto era la introducción cogida por los pelos] Porque a ti, por ejemplo, ¿cómo te gustan la patatas fritas? ¿Finas o gordas?
—Más bien gorditas.
—¿Y crujientes o blanditas?
—A ser posible, crujientes por fuera y blanditas por dentro.
—Ya, ya, menudo figura eres tú... Seguro que también te gustan las mujeres crujientes por fuera. Anda que no sabes ná.
Hay un par de frases más para el recuerdo, pero tengo un hambre que aprieta, y también comida, así que sería absurdo no unir mi deseo con lo deseado. Salut.
Después de la protocolaria "apertura de la puerta", el tipo se ha puesto a encender luces como si fuera gratis, y a subir persianas, no tanto para dejar ver las magníficas vistas a un patio interior con un pozo negro manufacturado de manera defectuosa, como para ahuyentar a las negras humedades de la muerte por malaria, dengue o bronquitis crónica.
Después de una sucinta conversación acerca del anterior inquilino, que debía ser poco menos que el Mr. Hyde de la ciudad, el tipo me espeta que es un piso ideal para un "bohemio o algo así". Yo completo el "algo así" diciéndole que también es una vivienda ideal para un "vampiro o un champiñón" (es lo que me surigirió la mente a la mezcla de olor a descomposición, humedad y oscuridad).
Por fortuna para mí, las personas como mi futuro no casero pasan por encima de este tipo de comentarios gráciles como muflones en época de celo. Por cierto, que ayer re-pusieron el mítico capítulo (segunda parte, por si alguien quiere ojearlo) sobre rapaces nocturnas de Félix Rodríguez de la Fuente, y ya he asociado dos de las no menos míticas frases/palabras: el "cazador cazado" no es otra que la "musaraña". Y también en este capítulo aparece el "lirón careto" (que es uno de los bichos más utilizados cuando se imita a Rodríguez de la Fuente). Qué tío más máquina.
En resumen: para este tipo de personas que posee gran parte del país, en forma de pisos y bonos del estado, a los bohemios (amigos míos bohemios) les gusta la oscuridad y el olor a mierda, o bien son gilipollas.
Además de pintoresco y muflón, mi futuro no casero ha resultado ser la mar de original. Mi casero no será, pero yo con este tío tengo que tomarme unas cañas algún día y fuera de la relación no-casero/no-inquilino. Se interesó, en apariencia desinteresadamente, por mis actividades, cosa a la que no le di la menor importancia, después de haberle asegurado que no solía enterrar cadáveres en casa ni montar laboratorios de LSD. Pero luego me lanzó una rápida batería de preguntas acerca de las patatas. Fue una cosa así:
—Porque siempre están los que le gusta la fresa y la menta, el bíter y la cerveza... [nota: esto era la introducción cogida por los pelos] Porque a ti, por ejemplo, ¿cómo te gustan la patatas fritas? ¿Finas o gordas?
—Más bien gorditas.
—¿Y crujientes o blanditas?
—A ser posible, crujientes por fuera y blanditas por dentro.
—Ya, ya, menudo figura eres tú... Seguro que también te gustan las mujeres crujientes por fuera. Anda que no sabes ná.
Hay un par de frases más para el recuerdo, pero tengo un hambre que aprieta, y también comida, así que sería absurdo no unir mi deseo con lo deseado. Salut.
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