Boquerones
Sus dejo un enlace a los boquerones. Creo que todo ser humano debería escuchar este temazo de Angelillo: Boquerones.
El pescaero tiene de todo, además de boquerones, incluyendo unos "ostiones" que no hay de mejor calidad y con un chatito de vino es regalo al paladar.
Hoy mi hijo mayor ha redescubierto el mundo de las gambas/gambones. Día enorme. El pequeño ha redescubierto los gambones, los berberechos y todo lo que sea bivalvo o con antenas y se pueda engullir, aunque no es novedad.
El hijo pequeño suele ser bastante macabro. Para él, asesinar o degollar un "papi" es algo natural. Pero hoy le he contado un cuento en el que un "papi" caballo se dejaba comer una pierna para salvar a su potrillo y no le ha gustado nada, a pesar de que el caballo luego se ponía una de palo, se convertía en pirata y corría toda suerte de aventuras. No le gustaba que el caballo perdiese una pata.
Al mayor, ya que estamos tocando el tema, le he intentado convencer hoy de que se hiciese un curso de "tanatoestética" que anunciaban junto al Cajamadrid de Reinosa (qué mejor lugar). Después de explicarle que "tanatos" era "muerte" y "estética" lo que hacen las chicas de maquearse (grosso modo), creo que no le ha interesado, a pesar de que le he asegurado que eso se tenía que pagar bien, porque el asunto cadáveres es un dispendio.
La tanatoestética es el futuro.
Yo no sé qué va a ser de estos hijos. No puedo evitarlo: mezclo mentiras y verdades como si fueran churros. Hoy, por ejemplo, explicando lo del cartel de la tanatoestética, le he contado al mayor que un amigo mío se murió y tuvieron que rehacerle un trozo del cráneo para que estuviese guapo en el tanatorio (cosa que es verdad). Y unas horas más tarde le he asegurado que la casa en la que estamos se quemó (cosa que es verdad) junto con sus dueños (cosa que es mentira), pero que luego les arreglaron a la casa y a ellos, con pasta de marshmallow, y que sucumbieron definitivamente, ya de viejos, al ataque de doce niños hambrientos de chucherías.
El pescaero tiene de todo, además de boquerones, incluyendo unos "ostiones" que no hay de mejor calidad y con un chatito de vino es regalo al paladar.
Hoy mi hijo mayor ha redescubierto el mundo de las gambas/gambones. Día enorme. El pequeño ha redescubierto los gambones, los berberechos y todo lo que sea bivalvo o con antenas y se pueda engullir, aunque no es novedad.
El hijo pequeño suele ser bastante macabro. Para él, asesinar o degollar un "papi" es algo natural. Pero hoy le he contado un cuento en el que un "papi" caballo se dejaba comer una pierna para salvar a su potrillo y no le ha gustado nada, a pesar de que el caballo luego se ponía una de palo, se convertía en pirata y corría toda suerte de aventuras. No le gustaba que el caballo perdiese una pata.
Al mayor, ya que estamos tocando el tema, le he intentado convencer hoy de que se hiciese un curso de "tanatoestética" que anunciaban junto al Cajamadrid de Reinosa (qué mejor lugar). Después de explicarle que "tanatos" era "muerte" y "estética" lo que hacen las chicas de maquearse (grosso modo), creo que no le ha interesado, a pesar de que le he asegurado que eso se tenía que pagar bien, porque el asunto cadáveres es un dispendio.
La tanatoestética es el futuro.
Yo no sé qué va a ser de estos hijos. No puedo evitarlo: mezclo mentiras y verdades como si fueran churros. Hoy, por ejemplo, explicando lo del cartel de la tanatoestética, le he contado al mayor que un amigo mío se murió y tuvieron que rehacerle un trozo del cráneo para que estuviese guapo en el tanatorio (cosa que es verdad). Y unas horas más tarde le he asegurado que la casa en la que estamos se quemó (cosa que es verdad) junto con sus dueños (cosa que es mentira), pero que luego les arreglaron a la casa y a ellos, con pasta de marshmallow, y que sucumbieron definitivamente, ya de viejos, al ataque de doce niños hambrientos de chucherías.
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