Dice

Dice Baroja (entre otras muchas cosas) que las obras de teatro de poca calidad ganan en el escenario, y que las buenas lo pierden tó. Pero también dice que no le gusta nada el teatro, ni los toros ni el fútbol, ni nada donde se junten más de cuatro para aplaudir o practicar rituales automáticos ovejizantes.
Dice también que Ortega y Gasset afirmó (no he buscado la cita, si es que existe) que, al lograrse la jornada laboral de 8 horas, los obreros iban a dedicarse a leer. Eso eran las ganas de Ortega de vender más libros. Y las de Baroja, criticando, de que los obreros fuesen al fútbol, a los bares y a los toros, en lugar de leer.
¿Qué hicieron los "obreros"? Nunca me ha quedado demasiado claro el significado de "obrero" en el lenguaje socialista (antiguo), comunista ni, mucho menos, en el de los del PP de ahora, que también se declaran amigos de los obreros. Sospecho que un "obrero" es un asalariado-esclavizado, en general, poco más o menos como estamos ahora, aunque aún limitados tímidamente por la ley que se consiguió hace tanto tiempo y que lentamente vamos perdiendo.
Entonces, el más libre, el menos "obrero", es el que consigue ser menos esclavizado y dedicar más tiempo a hacer lo que le dé la gana. De eso hay poco, porque hacerse se hacen muchas cosas... Pero de ahí a hacer uno lo que le dé la gana. Poquito.
Uno de los personajes del libro de Steinbeck (que se mencionaba por aquí el otro día) dice que conoce a un tipo en Hollywood, divertidísimo. Que siempre quedan cuando va por allí. La última vez que estuvo allí, se lo pasó mejor que nunca en su vida, pero no recuerda asbolutamente nada. Igual la novelita es una mierda, pero ya han salido cuatro o cinco detalles muy buenos. Steinbeck cuida mucho los personajes. Y todavía no ha pasado nothing de nothingham. Lo más interesante es que se han hecho unas tostadas con manteca, me parece, y se ha arreglado una pieza de un autobús (?). Todo lo contrario de Baroja, que en cuatro líneas te presenta al personaje y en seguida lo echa a correr, a que le pasen cosas. Dice Steinbeck de uno de los personajes, que para él sólo existen las cosas en primer plano, por así decirlo. Cuando se enfrenta a una persona, es como si sólo existiese esa persona. Lo de alrededor no existe. Para Baroja es al revés. Todo lo de alrededor existe tan demasiado que acaba empujando y arrinconando al personaje, a no ser que éste tenga la fuerza de doblegar a los sucesos y amoldarlos a su propio ser, como pasa con alguno de sus personajes, como Zalacaín (que es mitad celta y mitad dickensiano), como Fernando... ¿Ossorio? El de "camino de perfección", que busca su camino, pero al final parece que es el camino el que se hace con el personaje. O Aviraneta, que a veces doblega y otras es doblegado.
Volviendo a Ortega, ¿qué podemos hacer con la frasecilla del "yo soy yo y mis circunstancias"? El peso de la frase es puramente específico. Es como decir que el agua es H2O.
En literatura es fácil: hay que entretener, sorprender, emocionar. En resumen, "interesar" o "cautivar". Lo que cautiva o interesa a unos, a otros les da igual, de la misma manera que Baroja despreciaba los espectáculos y otros no pueden vivir sin ellos. Nada es mejor ni peor. Es cuestión de variedad. Por cada Heráclito, un Parménides. Por cada debate televisivo, el del bando azul y el del rojo.
¿A qué se debe que cada uno escoja su bando, y cada cual tenga su razón? Es comprensible que el "rey" prefiera ser "rey" y que el "obrero" no esté dispuesto a ser "obrero" (sobre todo a las 16:15 en el mes de agosto). ¿Pero qué sentido tiene ser obrero y defender al rey, o ser rey y hacer "obras sociales"?
Frases como la de Ortega se han hecho muchas, antes y después. El compendio podría ser: uno es lo que es, lo que cree ser, lo que le gustaría ser, lo que los otros creen que es, lo que los otros creen que a uno le gustaría ser, etc. Uno, en resumen, hace lo que puede. Uno puede ser el Chuck Norris de su pueblo, y luego en su trabajo del día a día ser un puto pringao, tirano de su mujer y sus hijos, súbdito de su madre y sus hermanos... En fin, un montón de variedades incluso contrapuestas. Hay pocas personas capaces de deformar la realidad a su gusto, y más perviven por las leyendas que por la realidad en sí misma. Porque vamos, yo por más que miro, veo poca evolución. Todo lo que se ha evolucionado ha sido a base de dale que te pego durante años. Los verdaderos héroes, más bien, son los que no se dejan arrastrar. Si no fuera por ellos, esto sería un mareo.
Salut.

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