1er Día Internacional de la Fascinación por las Plantas

De aquí a señorín, cosa de semanas.
Me he sorprendido regañando a la pobre chica que repartía las fotocopias del concurso de "la planta más fascinante", diciéndole que de dónde se habían sacado esa selección. Es que al loro:
-Olmo del Cáucaso.
-Acer palmatum (artropurpurea, versión bonsai).
-Palma del viajero.
-Rosa "Cécile Brunner".
-Cactus piedra (que ahora se llama "planta piedra" en todas partes).
Por supuesto, he votado al olmo (el de la foto), pero no sé por qué, porque ni siquiera es autóctono, con el cacho de pedazo de ulmus minor que tienen en el Botánico. Incomprensible. Tampoco han nominado al ciprés, ni a un triste tejo, ni al árbol del amor que tienen, que es impresionante.
Y la pobre chica tratando de convencerme de lo fascinantes que eran las cinco "plantas" nominadas. El olmo vale, porque es el árbol más alto que tienen allí (cosa que habría que comprobar de vez en cuando, porque yo no lo tengo tan claro). Pero mira que no sacar el ciprés (sempervirens), que es el más antiguo, o el Cupressus dupreziana, que es una de las especies más singulares que ha pisado ese suelo (aunque esté en fase zurraspillosa). Igual que el Wollemia nobilis de las Montañas Azules. O alguno de los celtos (tienen muchos guays). O un tilo plateado que hay, que es impresionante. O, aunque no sean "guays" los ejemplares que tienen allí, un tejo o un ginkgo. O uno de los robles, que también son la caña, aparte de ser especies típicas de aquí.
Así la peña se va a pensar que los árboles son cosa de las películas o de cosas frikis de irse a África de vacaciones, cuando resulta que estamos rodeados de materia vegetal por todas partes: el tabaco, el café, los palillos de dientes, las escaleras, los muebles del IKEA, los libros, las piezas de ajedrez, las cajas, los cestillos del pan, la puerta de tu puta casa y el puto lápiz con el que escribes... Y también las entidades vivas que reciclan el aire (!). El aire es eso que no se ve pero que se respira.
Para el próximo año quiero más árboles de verdad y menos plantitas de juguete, que para eso ya está el Corte Inglés.

Comentarios