Redes sociales, arenas movedizas
Para que se produzca intercambio de fluidos respecto de un tema realmente preocupante, algo muy chungo tiene que suceder. Cuando uno habla con el panadero, le cuenta un chiste o escucha el suyo. Sólo si uno viene de estar un mes en el hospital (o viceversa) puede hablarse de otro asunto. O si ambos comparten inquietudes.
Analizando los trending topic globales de esta semana en Twitter, podemos encontrar lo de casi siempre: mundo del espectáculo (cine y música), televisión y fútbol. Una necrológica de un semi-famosillo y risoteos varios con la nueva última fecha del fin del mundo. O sea, frivolidad y chorradas más o menos graciosas.
Esta semana no ha habido tsunami ni golpe de estado.
La gente de Twitter está dentro de una dinámica bastante cerrada. Por lo general, se habla de lo que se está hablando. Los temas nuevos surgen, pero no son miles. El grueso comenta sobre lo que se está comentando. Y, cuanto más tonto sea, más se comenta.
Cuando la cosa se pone chusca, sí se habla "de verdad". Igual que pasó hace poco con Libia y Japón, esta semana en España los TT han sido copados por el movimiento #15M y sus múltiples hashtags.
El resto es la demostración máxima de tener el cerebro vacío (mejor dicho, de vaciarlo adrede): hablar de televisión, del color de los gayumbos de un actor famoso, el gol de nosequién o la boda de nosequientina. Cosas todas importantísimas para la vida de cada uno (!).
El cerebro humano no puede estar continuamente ocupándose de cosas "importantes". Necesita una de cal y otra de arena. Un tiempo de trabajo y otro de descanso. Uno de seriedad y otro de frivolidad. Frío y calor.
Twitter (en este caso, pero Facebook sirve lo mismo) es para el gran colectivo tiempo de desparrame, de gilipollez y estupidez, de dejar vagar la mente con libertad por el hiper-espacio.
Las redes sociales no deben tomarse como un trabajo: ni por parte de los participantes, ni por parte de los analistas. La gente que está ahí, globalmente, está perdiendo el tiempo, desparramando. Parte de ese desparrame es expresión y expansión de uno mismo. Eso no debe ser tomado a la ligera. Pero tampoco puede divinizarse.
Además, hay muchísima especulación. En muchas ocasiones se habla de problemas hipotéticos. Son ejercicios del cerebro, no situaciones reales. Se larga mucho por la lengua y luego no se hace casi nada o, directamente, se fantasmea y se miente por placer.
Uno sabe que le leen, aunque sea tres gatos. También es sitio para autoafirmarse y dar explicaciones de uno mismo que uno mismo no daría en situaciones "normales". Para exponer pensamientos que uno tiene, pero que no tiene necesariamente demasiado claros, para ver si así los aclara o, poniéndolos de manifiesto, los hace suyos.
Arenas movedizas, escupidera y muy bueno para relajarse, similar a la barra de un bar.
Analizando los trending topic globales de esta semana en Twitter, podemos encontrar lo de casi siempre: mundo del espectáculo (cine y música), televisión y fútbol. Una necrológica de un semi-famosillo y risoteos varios con la nueva última fecha del fin del mundo. O sea, frivolidad y chorradas más o menos graciosas.
Esta semana no ha habido tsunami ni golpe de estado.
La gente de Twitter está dentro de una dinámica bastante cerrada. Por lo general, se habla de lo que se está hablando. Los temas nuevos surgen, pero no son miles. El grueso comenta sobre lo que se está comentando. Y, cuanto más tonto sea, más se comenta.
Cuando la cosa se pone chusca, sí se habla "de verdad". Igual que pasó hace poco con Libia y Japón, esta semana en España los TT han sido copados por el movimiento #15M y sus múltiples hashtags.
El resto es la demostración máxima de tener el cerebro vacío (mejor dicho, de vaciarlo adrede): hablar de televisión, del color de los gayumbos de un actor famoso, el gol de nosequién o la boda de nosequientina. Cosas todas importantísimas para la vida de cada uno (!).
El cerebro humano no puede estar continuamente ocupándose de cosas "importantes". Necesita una de cal y otra de arena. Un tiempo de trabajo y otro de descanso. Uno de seriedad y otro de frivolidad. Frío y calor.
Twitter (en este caso, pero Facebook sirve lo mismo) es para el gran colectivo tiempo de desparrame, de gilipollez y estupidez, de dejar vagar la mente con libertad por el hiper-espacio.
Las redes sociales no deben tomarse como un trabajo: ni por parte de los participantes, ni por parte de los analistas. La gente que está ahí, globalmente, está perdiendo el tiempo, desparramando. Parte de ese desparrame es expresión y expansión de uno mismo. Eso no debe ser tomado a la ligera. Pero tampoco puede divinizarse.
Además, hay muchísima especulación. En muchas ocasiones se habla de problemas hipotéticos. Son ejercicios del cerebro, no situaciones reales. Se larga mucho por la lengua y luego no se hace casi nada o, directamente, se fantasmea y se miente por placer.
Uno sabe que le leen, aunque sea tres gatos. También es sitio para autoafirmarse y dar explicaciones de uno mismo que uno mismo no daría en situaciones "normales". Para exponer pensamientos que uno tiene, pero que no tiene necesariamente demasiado claros, para ver si así los aclara o, poniéndolos de manifiesto, los hace suyos.
Arenas movedizas, escupidera y muy bueno para relajarse, similar a la barra de un bar.
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