Zombis

Tengo fichados a dos o tres que todos los días van por la cuesta abajo con su dosis diaria de olvido. Consumen cerveza o vino de cartón, y tabaco. Pueden ir metiéndoselo por la calle o llevarlo en una bolsa de plástico. Hace mucho que superaron la cuarentena. No van a misa, no escuchan la radio. No forman parte de esta sociedad. Trabajan duro el hígado y el pulmón. Creo que no hablan. Sólo van al chino y al estanco, cogen su ración, pagan y se van. Alguna vez cogerán una lechuga, digo yo...
Un día fueron hombres jóvenes llenos de vida con los dientes brillantes y la mente despierta. Hicieron sus conquistas amorosas, se retaron en duelo con otros hombres igualmente vigorosos y cogieron el destino por los cuernos.
Hoy no veo muy bien el patio de la madurez. Veo mucho iluso, amargado y derrotado. Mucho guiñol. Mucho tejido muerto alrededor de un haz de vida que apenas se sostiene entre tanta podredumbre.
En esta vida está claro: o te entretienes con cosas o estás zombi. Estar pendiente de los demás llena mucho el tiempo. A lo mejor entre todos conseguimos un día una fórmula para dar esquinazo a la muerte, a lo que alguno llama "la puta usura del tiempo", la parca, la sombra acechante debajo de la cama. Y entonces podremos por fin vivir en paz.

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