Hoy
Hoy, cuando leía, Aviraneta discutía con Tilly y el fraile Mantilla la manera de organizarse. Aviraneta había planeado lo que cualquier buen conspirador habría planeado: un pie en el bando carlista (Mantilla), otro en el cristino (Tilly) y otro en el isabelino (él). Objetivo último, la Constitución, con o sin reformas. Según lo que él decía, "la libertad". Mantilla trató de discutir brevemente acerca del objeto de la conspiración, la "libertad" esa. A Aviraneta, tanto como a Tilly, les daba igual todo, con tal de que se pudiese "ser libre". Mantilla opinaba que ellos aspiraban a ser libres sin tener motivos para serlo, y ellos asentían. Así, dicho en bruto. Les daba lo mismo lo que sucediese después, con tal de ser libres de opinar y actuar. Y creían que un régimen constitucional se lo garantizaría. Aunque luego no tuviesen nada sobre lo que opinar ni nada que hacer.
Es una pregunta obligada... Me pregunto si hoy, 2 de mayo del 2010, más de doscientos años después de que el joven Aviraneta luchase contra los franceses (a las órdenes de Merino, en lo que sería después una enseña del absolutismo) y después a favor de la Constitución de Cádiz y más tarde en contra de los carlistas... Me pregunto si hoy, cuando se supone que hemos conquistado todas las libertades que en aquellos momentos eran utopías, tomaría las armas en contra de la constitución y de las libertades, y a favor de unas libertades más reales y más libres. Si no sentiría hervir su sangre al ver lo que hicieron los hijos de la revolución de la sangre de sus padres (no por los padres, que es lo de menos, sino por constatar que finalmente un gobierno "liberal" y "democrático" no se diferencia tanto de otro absolutista).
Como creo que era un hombre "antiguo", creo también que se hubiese dado por satisfecho con lo que tenemos ahora. Las libertades básicas, están. Y era por que él luchaba.
Los hombres del 2 de Mayo que dieron la vida por su país, al grito de "viva la libertad" y "mueran los franceses", y cualquier otra cosa que hubiesen decidido gritar, le dieron orgullo a nuestro país. El de saber que no somos unos putos mindundis los españoles. Es decir: no más que los de cualquier otro pueblo. Eso es un aviso en toda regla, con validez histórica para todos los que traten de mangonear a otros, pensando que el resto de la humanidad son unos mindundis. Si por mí fuera, mandaría fusilar públicamente todas las obras públicas del Napoleón ése, empezando por el Arco del Triunfo, como símbolo universal del desprecio que siente la Humanidad por las putas dictaduras de mierda, y en especial por las imperialistas.
Que vivan Mina, Daoíz y Velarde y la Liberdad y todos los que, en la sombra, vencieron a los absurdos imperalistas franceses. Y que mueran los nobles, reyes y obispos que le dieron paso libre a Napoleón, haciendo que nuestros antepasados lo pasasen todavía un poquito más mal de lo que ya lo estaban pasando en el día a día.
Es una pregunta obligada... Me pregunto si hoy, 2 de mayo del 2010, más de doscientos años después de que el joven Aviraneta luchase contra los franceses (a las órdenes de Merino, en lo que sería después una enseña del absolutismo) y después a favor de la Constitución de Cádiz y más tarde en contra de los carlistas... Me pregunto si hoy, cuando se supone que hemos conquistado todas las libertades que en aquellos momentos eran utopías, tomaría las armas en contra de la constitución y de las libertades, y a favor de unas libertades más reales y más libres. Si no sentiría hervir su sangre al ver lo que hicieron los hijos de la revolución de la sangre de sus padres (no por los padres, que es lo de menos, sino por constatar que finalmente un gobierno "liberal" y "democrático" no se diferencia tanto de otro absolutista).
Como creo que era un hombre "antiguo", creo también que se hubiese dado por satisfecho con lo que tenemos ahora. Las libertades básicas, están. Y era por que él luchaba.
Los hombres del 2 de Mayo que dieron la vida por su país, al grito de "viva la libertad" y "mueran los franceses", y cualquier otra cosa que hubiesen decidido gritar, le dieron orgullo a nuestro país. El de saber que no somos unos putos mindundis los españoles. Es decir: no más que los de cualquier otro pueblo. Eso es un aviso en toda regla, con validez histórica para todos los que traten de mangonear a otros, pensando que el resto de la humanidad son unos mindundis. Si por mí fuera, mandaría fusilar públicamente todas las obras públicas del Napoleón ése, empezando por el Arco del Triunfo, como símbolo universal del desprecio que siente la Humanidad por las putas dictaduras de mierda, y en especial por las imperialistas.
Que vivan Mina, Daoíz y Velarde y la Liberdad y todos los que, en la sombra, vencieron a los absurdos imperalistas franceses. Y que mueran los nobles, reyes y obispos que le dieron paso libre a Napoleón, haciendo que nuestros antepasados lo pasasen todavía un poquito más mal de lo que ya lo estaban pasando en el día a día.
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