Little Einsteins, Pocoyó y retraso mental

Lo primero que me ha sorprendido, al querer buscar información sobre un supuesto informe del Defensor del Menor (que no sé quién es ese señor), es que en todos los periódicos digitales se copian las noticias los unos a los otros. Copia-pega a saco. Y también en los blog y en otros medios de comunicación. Muy fuerte. En realidad es como en la vida misma. Uno oye un punto de vista defendido enérgicamente en la barra de un bar y luego se marcha a defenderlo, con las mismas palabras o casi idénticas, al bar de enfrente... Pero la cosa es muy dura cuando se ve directamente en lugares accesibles públicamente, y hecho por gente que se dedica a informar, a escribir y, en teoría, a tener puntos de vista sobre los sucesos. Lo único que hacen, en el mejor de los casos, es elaborar un titular mediático, cada uno desde su punto de vista (derechoso, izquierdoso, rompedor, etc.). Y luego copian y pegan lo que han pillado de la agencia de noticias (o quien coño sea la fuente original de la noticia).
Ese informe pone a parir a los de siempre: las televisiones que son muy malas y los creadores de contenidos, que también. Que se metan con los Simpson es algo ya viejo y todos sabemos que nunca han sido ni serán dibujos para niños. Lo que no sabemos es por qué se empeñan en meter los Simpson en el saco de la programación infantil. Los telediarios no los meten... ¿Por qué sí meten a los Simpson? ¿Porque son dibujos? ¡Pero qué clase de idiotez es esa! Criticar una televisión que se rige única y exclusivamente por criterios económicos, rozando la ilegalidad siempre que haga falta... Es correcto. Pero no metamos los Simpson dentro de la programación infantil, igual que no metemos South Park o ese "Padre de familia" (que sólo he visto alguna vez de pasada, hoy estaban haciendo unos chistes malísimos sobre vaginas).
Lo que más me ha llamado la atención ha sido que ese informe (que no he logrado encontrar en ningún sitio) mete en el saco a Little Einsteins y Pocoyó, de Disney y Zinkia, respectivamente. Aquí hay una entrevista con los señores de Zinkia, donde exponen su punto de vista respecto del concepto de Pocoyó. Entiendo en resumen (no sólo leyendo la entrevista, sino también habiendo visto los más de 100 capítulos que hay ya hechos), buscan que el niño se identifique con Pocoyó, darle herramientas para entender el mundo y solucionar problemas y también dotar al niño de independencia y "objetividad" para sacar sus propias conclusiones --> que son unas falsas "propias" conclusiones, porque están guiadas en todo momento. El guión deja equivocarse a Pocoyó y luego le da la oportunidad de rectificar. A él y también a sus amigos. El presidente de Zinkia recalca que están interesados en que no haya una influencia paterna, social ni religiosa (autoridad y entornos coercitivos).
Así que el informe da en el clavo, pero mea fuera del tiesto.
¿Pocoyó es modelo para los niños (a los que les guste)? Sí, como todo en esta vida, siempre se identifica uno con algún personaje del libro, serie o película. ¿Hay mayores que le dirigen? No. Etcétera. ¿Fomenta Pocoyó la autonomía del menor y, por tanto, hace que los niños del futuro sean unos egocéntricos carentes de moral y normas? ¡Que no, coño, que no! A ver si se enteran de una puta vez los putos psicopedagogos de los cojones, los que están al servicio de los gobiernos... Yo creo que las generaciones futuras que puedan acceder a materiales educativos como Pocoyó van a ser mucho mejores que la mierda de generaciones que ha habido hasta ahora, que lo único que han hecho ha sido pelear por el poder y la riqueza, y para conseguir no más que cuatro libertades básicas y de manera muy restringida. Vamos, que se han tirado miles de años para tener una cosa tan rupestre de libertades como lo que tenemos. Joder, encima habrá que darle las gracias a nuestros antepasados porque ahora las mujeres pueden fumar e incluso hablar como si fueran personas normales (en una parte muy pequeña del mundo). Nuestros antepasados lo han hecho requetemal. Unos por hijoputas y otros por perezosos y comodones. Hay más factores, pero que me aspen si en el MDCLXIV a.C. no había ya alguien que pensaba algo parecido pero no hizo nada por cambiar, o que sí lo hizo pero lo hizo él solo y le dieron p’al pelo porque nadie le ayudó. Antepasados, muy mal. Y no me vengáis con que no teníais ni para comer... ¡Por eso precisamente!
Hay que proponer modelos alternativos a los niños. No basta con la figura paterna ni, por supuesto, con las cuatro porquerías de series de dibujos animados que se salven según ese informe (como la bazofia esa de los Patata de Telemadrid). El niño tiene que relacionarse con sus padres, hermanos (si los hay), familia, amigos, profesores y tenderos del barrio. Y luego tienen una cita obligada con el mundo digital: televisión, ordenador e internet, videojuegos, películas, etc. Cosas en pantalla digital. El dibujo animado no puede ser sólo educativo (tipo "te voy a explicar los cuatro puntos cardinales y luego el ciclo del agua"). Me flipa que no lo sepan ya. Tienen que descubrir en las pantallas los reflejos de las miles de caras del mundo en que se desenvuelven. Tienen que estar protegidos de los contenidos exclusivamente adultos que quedan fuera de su alcance mental (violencia, sexo, etc.). Pero todo lo demás debe ser válido. Con tanta cortapisa se consigue cumplir el currículo oficial, pero nada más que eso. Y el currículo es mierda cagada de perro. Lo demuestran miles de años de historia.

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