Porto Petro, descanse en paz

Después de los sucesos acaecidos en el corazón de la calle Espíritu Santo, en el ya viejo Porto Petro, antes del verano, han venido unas cuantas pibas con unas fregonas, han puesto en el local sus motivos y mobiliarios vintage, que es lo que pega ahora, y han inaugurado el Lolina, vintage café.
Lolina es "un alcaloide pirrolicidínico saturado". Vid. la wikipedia.
Nunca más se discutirá sobre los viejos botijos de Mahou de 25cl. con el jefe del Porto Petro y el de Pollerías Herrero, un día al azar, a las doce de la mañana. Nunca más se verá la bata azul de la dueña tras la barra ni se escucharán los partidos de fútbol desde la acera de enfrente, los días de Liga.
Más de niños guapos y música chillout haciéndose su pequeño Londres particular en el pequeño trozo de calle (flanqueado por los Hare y por el Saltón III, hasta San Ildefonso) que es el centro neurálgico del barrio durante el día.
Porto Petro, descanse en paz.
Aquí no está todo el pescado vendido. Perdurará la memoria del Porto Petro, la del Siete Calles y la del Carrasco. Y algún día volverán los buenos tiempos.