La grúa me llevó el buga
después de una absurda y forzada (de huída, se puede confesar) y también inopinada y casual excursión navideña a Pinilla Del Monte (le recomiendo el sitio, es uno de los más absurdos donde he ido a caer), dejé aparcado el buga de malas maneras junto a una obra municipal de una acera.
según mi cuñado estábamos pisando la línea, y él es ingeniero, así que di el coche por bien aparcado.
a la semana siguiente, ya en el 2008, me di un garbeo por allí para ponerle al utilitario el nuevo distintivo de residente 2008.
pero no estaba.
mi hijo sostenía que el coche estaba mal aparcado y, por tanto, se lo había llevado la grúa. yo le había enseñado esa regla de tres. pero su tío es ingeniero, así que el coche estaba bien aparcado, eso seguro. como el hijo no dejaba de repetirlo y yo estaba nervioso, tuve que abofetearle repetidas veces hasta que ambos quedamos en silencio y decidimos volver a casa con las manos en los bolsillos.
pensé que esnifar algo de pegamento por el camino me vendría bien, pero se trataba de un pensamiento estúpido, porque no tenía pegamento y además me da miedo hacer eso. lo más adecuado hubiese sido poder ser atropellado por el camión de la chatarra mientras deambulaba cabizbajo por las estrechas callejas del barrio. o, mejor aún, que un OVNI hubiese venido directo a por mí, para cogerme como muestra irremplazable de "homo sapiens estupefacto".
ya lo hemos comentado muchas veces: un hombre "de verdad", "de los de antes", sabría con total seguridad lo que pasaba, le saldrían sapos y culebras por la boca, y seguramente tendría un amigo teniente en la guardia civil que le podría devolver el coche en diez minutos con sólo hacer un par de llamadas.
pero yo sólo podía pensar en esnifar pegamento y ser abducido por un objeto volante no identificado.
una vez se me hubo pasado el aturdimiento, empezó a sonar en mi mente el "asesino tierno" de "la banda trapera del río", no sé por qué, y comencé a idear un plan: lo más importante era localizar a un hombre "de verdad", "de los de antes", y preguntarle qué se hacía en esos casos. ese hombre era mi otro cuñado, el hermano del otro cuñado. uno era el hombre "de verdad" y el otro ingeniero. un plan perfecto.
luego me sentí como una rata de cloaca y decidí agotar todos los recursos posibles antes de declararme públicamente como hombre "incapaz" y "totalmente desligado de los asuntos de la vida real".
el OVNI nunca llegó a presentarse, así que decidí llamar al 010 (o sea, el teléfono de atención al ciudadano). antes de dar explicaciones, aduje dolor de tripa y me encerré en el baño con el teléfono, para que nadie escuchase la conversación. no tenía nada glorioso: "oiga, operadora, creo que la grúa me ha llevado el coche o me lo han robado, una de dos, le aseguro que estaba bien aparcado, mi cuñado es ingeniero". pero me dieron un número de teléfono automático de esos y él aseguró que en internet se podía consultar todo lo referente al vehículo. y era cierto. y allí me enteré de todo lo que se cocía.
y el resto de la historia es aún más patética, así que vamos a dejarlo así. salud.
según mi cuñado estábamos pisando la línea, y él es ingeniero, así que di el coche por bien aparcado.
a la semana siguiente, ya en el 2008, me di un garbeo por allí para ponerle al utilitario el nuevo distintivo de residente 2008.
pero no estaba.
mi hijo sostenía que el coche estaba mal aparcado y, por tanto, se lo había llevado la grúa. yo le había enseñado esa regla de tres. pero su tío es ingeniero, así que el coche estaba bien aparcado, eso seguro. como el hijo no dejaba de repetirlo y yo estaba nervioso, tuve que abofetearle repetidas veces hasta que ambos quedamos en silencio y decidimos volver a casa con las manos en los bolsillos.
pensé que esnifar algo de pegamento por el camino me vendría bien, pero se trataba de un pensamiento estúpido, porque no tenía pegamento y además me da miedo hacer eso. lo más adecuado hubiese sido poder ser atropellado por el camión de la chatarra mientras deambulaba cabizbajo por las estrechas callejas del barrio. o, mejor aún, que un OVNI hubiese venido directo a por mí, para cogerme como muestra irremplazable de "homo sapiens estupefacto".
ya lo hemos comentado muchas veces: un hombre "de verdad", "de los de antes", sabría con total seguridad lo que pasaba, le saldrían sapos y culebras por la boca, y seguramente tendría un amigo teniente en la guardia civil que le podría devolver el coche en diez minutos con sólo hacer un par de llamadas.
pero yo sólo podía pensar en esnifar pegamento y ser abducido por un objeto volante no identificado.
una vez se me hubo pasado el aturdimiento, empezó a sonar en mi mente el "asesino tierno" de "la banda trapera del río", no sé por qué, y comencé a idear un plan: lo más importante era localizar a un hombre "de verdad", "de los de antes", y preguntarle qué se hacía en esos casos. ese hombre era mi otro cuñado, el hermano del otro cuñado. uno era el hombre "de verdad" y el otro ingeniero. un plan perfecto.
luego me sentí como una rata de cloaca y decidí agotar todos los recursos posibles antes de declararme públicamente como hombre "incapaz" y "totalmente desligado de los asuntos de la vida real".
el OVNI nunca llegó a presentarse, así que decidí llamar al 010 (o sea, el teléfono de atención al ciudadano). antes de dar explicaciones, aduje dolor de tripa y me encerré en el baño con el teléfono, para que nadie escuchase la conversación. no tenía nada glorioso: "oiga, operadora, creo que la grúa me ha llevado el coche o me lo han robado, una de dos, le aseguro que estaba bien aparcado, mi cuñado es ingeniero". pero me dieron un número de teléfono automático de esos y él aseguró que en internet se podía consultar todo lo referente al vehículo. y era cierto. y allí me enteré de todo lo que se cocía.
y el resto de la historia es aún más patética, así que vamos a dejarlo así. salud.
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