Trenes muy carísimos


Siendo como es sabido una obsesión los trenes para muchos niños pequeños, no se explica que haya tan poca oferta. Parece que hay un salto enorme desde los trenes plasticosos del Imaginarium (por no hablar de los chinos) hasta las ingenierías alemanas digitales de 200 pavos.
Los trenecitos minúsculos y detalladísimos están muy bien, pero exceden con mucho las necesidades básicas de un niño cualquiera. Son para coleccionistas. De precio, por supuesto. Locomotoras de cuatro centímetros a doscientos pavos la unidad. Habla por sí solo.
Todavía no he encontrado ningún tren con una vía suficientemente larga como para seducir definitivamente a un niño, a un precio razonable. Aquí en casa cogemos los trenes a pilas del Imaginarium y similares y nos inventamos vías que van por mitad del pasillo, bastante resultón el invento del “Tren de la Fresa” que pasa por Aranjuez (o sea, la puerta del baño) y gira con ayuda de un ingenio de papel y plastilina.
Lo cierto es que me veo capaz de fabricar un trenecillo eléctrico con mis propias manos. Tiene que ser muy sencillo. Positivo, negativo y unas cuantas ruedas. Por eso debería haber un punto intermedio entre el plasticazo y el hiperrealismo ferroviario. El plasticazo vale de sobra. Pero tendría que ir acompañado de unos recorridos razonablemente largos y unas pilas recargables, por ejemplo. La digitalización siempre es un punto a favor, pero ya en un grado superior de sofisticación. Hay que tener cambios de vías, recorridos alternativos y, por tanto, un circuito muy elaborado, tan antieconómico que la digitalización no suponga un impacto.
El truco está en las vías, en el recorrido. La alimentación es importante, pero infinitamente menos importante que un buen recorrido. Largo, con desniveles y dificultades, puentes, túneles. Ese tipo de gilipolleces. El realismo es innecesario de todo punto. Mientras la cosa tenga colores (y, en este caso, chimenea y “pito”) y se mueva, está bien.
La locomotora del Imaginarium sube y baja muy bien (tiene goma en las ruedas propulsoras) y bastante potencia de motor, así que puede subir y bajar pendientes bastante pronunciadas para lo que es un tren. Ahora, si tuviese un recorrido factible (de más de 1 metro en redondo), sería un tren ideal. Sería la puritita cuestión de sacar vías de ampliación, y ya sería un triunfo persistente en el tiempo.
Y lo mismo va para los trenecillos de TRIX, Marklin y compañía. Si quitasen dos o tres cosas, podrían sacar una gama más económica e igualmente espectacular, y ganarían mercado, en mi opinión. O a lo mejor no, porque ellos trabajan en esto y saben lo que da y lo que quita beneficios, me imagino. Pero sería posible que lo hicieran, y sería posible que lo hiciera otra gente, porque el truco está en ofrecer un recorrido. La cosa eléctrica que anda sola se hace como churros. De pequeños, cuando las cosas ni siquiera andaban solas, nos preocupaban más los recorridos. Incluso en las carreras de chapas, lo más emocionante era inventar y practicar cada día en un nuevo recorrido, un nuevo escenario.
No digo yo que los que saben de esto se pongan a perder dinero y a hacernos favores a los demás. Pero sí que podría hacerlo alguien nuevo, aunque sólo fuera para abrirles bien a todos el agujero del culo.

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