Punky de perro y flauta

No me imagino siendo un punky de perro y flauta. Me da vergüenza demostrar mis habilidades en público (flauta) y pedir pan para el perro. Acabaría no tocando la flauta en público. Me quitaría las pintas de punky para buscar un trabajo más o menos bien remunerado, para poder alimentar al perro. Y, al no tener tiempo para dedicarle al perro, por culpa del trabajo, terminaría regalándole el perro a alguien que pudiera cuidarlo bien. Con lo cual, no tendría ni pintas de punky, ni flauta, ni perro.
A lo mejor ser un punky de flauta y perro requiere no ser vergonzoso.
Si no fuera lo que soy, creo que querría ser un místico solitario por las mañanas, casanova por las tardes, público de conciertos de rock por las noches y asesino a sueldo de madrugada.

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