Tecnología y disipación

Hablemos de disipadores de cobre.
Bueno, no. Hablemos mejor de la relación que existe entre la tecnología y la disipación. Un rápido: el blog y la inconstancia. Uno es inconstante en un blog porque es una moda tecnológica. Uno cambia de móvil/ordenador/coche una/cero-con-cinco/cero-con-veinticino vez/veces al año porque se queda obsoleto.
Primero tuvimos Internet en el trabajo, luego en casa, luego hicimos una página "web", luego abrimos un "blog" y lo cultivamos con dedicación durante cierto tiempo, pero nos pasamos al "podcast". Primero tuvimos una cámara reflex, luego una digital y nos subimos al carro de Flickr o cualquier otro. O tuvimos un micrófono de aquellos de color gris/marrón clarito y luego uno USB y luego un teclado MIDI y luego nos hicimos acérrimos de GarageBand. O nos compramos una cámara de vídeo DV y ahora vamos por la cuarta, y "capturamos" programas de TV, comprimimos archivos en MP4 y DIVX. Tuvimos un Amstrad, el primer Pentium, luego un portátil y ahora nos dejamos seducir por el último MacBook Pro. Total, que somos literatos, fotógrafos, directores de cine y webmaster. Pero no sabemos hacer la O con un canuto, como quien dice. Podemos abrir una cuenta de correo en Yahoo con los ojos cerrados y hacer una transferencia en Internet con un par de "click". Escribir un SMS de 120 caracteres en cuestión de segundos, tirar una foto con el mismo cacharro, mandar un email con la blackberry en un abrir y cerrar de ojos. Abrir y cerrar puertos en el firewall para configurar el eMule.
Pero tenemos que mirar en el plano del metro cómo se llega a Guzmán el Bueno. Meter en la mochila la PDA con GPS y el iPod para "viajar" hasta el recóndito IKEA de Alcorcón. Hemos de consultar en el Google cuándo nació Angus Young, para saber si era o no más joven que Robert Plant o Eric Clapton.
No sólo somos tecno-dependientes, sino que además estamos "disipados". Ya no sabemos si somos Spielberg, Kasparov, Beethoven, Kandinsky... O unos putos mierdas.
La "vida digital" es el comecocos de comienzos del siglo XXI.
No es que haya que ser un Spielberg o Beethoven, como meta "superguays". Pero a lo mejor hay alguien que estaba predestinado a serlo y al final se le va la olla con tanta "vida digital"... No sé, es una preocupación como otra cualquiera. No me gustaría perderme a ningún "Bach" por culpa del "chat".

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