Rosendo
Rosendo Mercado tiene una extraña facultad cuando te pilla. No sólo te hace vibrar en algunos momentos de romanticismo roquero. El pibe dice cosas con sus letras. Sí, es sorprendente. Al menos, resulta sorprendente cuando te ha pillado. Puedes escuchar a los Status, te molan y no sabes qué cojones dicen. Pero Rosendo dice palabras en español, e incluso forma frases con objeto directo.
Hace unos años podría decirse que eran "canciones protesta", que olían a izquierda, barrios y esas cosas reivindicativas protosociales. Hoy suenan a recordatorio. Como cuando ves en un cajón el recordatorio de la comunión de tu colega "Sergio". Y el Rosendo te mete un recordatorio en el cajón cada dos años, como mucho. A veces pienso que podría ser el puto mensaje de Cristo, y Rosendo uno de los profetas. Se entiende que lo de "Cristo" y lo de "profeta" es un símil, claro está. Ahora está de moda -queriendo decir "ahora": "desde hace cuarenta años"- que Cristo tenía un mensaje guays y que era una especie de jipi de su época y que el amor y nosequé. Aparte tenía unos dardos en contra de los "hipócritas" de la época -los viejos sepulcros blanqueados, fariseos, capitalistas se diría ahora (ahora, hace cuarenta años).
Rosendo Mercado tiene la facultad de tocar las pelotas, cuando te ha pillado. Con cuatro temas de cada disco se puede hacer una lápida que dure para siempre. En la vida te puede ir bien o mal, pero da lo mismo. Rosendo es la puta voz de tu conciencia, el inevitable encuentro con el yo íntimo. Aunque a veces te salte con un lenguaje "revolucionario", el disfraz no puede ocultar lo inocultable. Pocas veces te ves en el papel de "jodido" y muchas menos en el de "jodedor", por así decirlo. Pero el aviso pende sobre ti, sin acento. Si te atañe, es un mensaje sobremanera personal. Dice: lo que pensabas hace quince años no ha cambiado. Lo que te hacía sentir mal sigue existiendo. El lapso sólo significa el triunfo de lo que te hacía sentir mal. Sigue ahí, tan fuerte como siempre, tan fuerte como nunca. No es un mensaje acusador. Es informativo.
Hace unos años podría decirse que eran "canciones protesta", que olían a izquierda, barrios y esas cosas reivindicativas protosociales. Hoy suenan a recordatorio. Como cuando ves en un cajón el recordatorio de la comunión de tu colega "Sergio". Y el Rosendo te mete un recordatorio en el cajón cada dos años, como mucho. A veces pienso que podría ser el puto mensaje de Cristo, y Rosendo uno de los profetas. Se entiende que lo de "Cristo" y lo de "profeta" es un símil, claro está. Ahora está de moda -queriendo decir "ahora": "desde hace cuarenta años"- que Cristo tenía un mensaje guays y que era una especie de jipi de su época y que el amor y nosequé. Aparte tenía unos dardos en contra de los "hipócritas" de la época -los viejos sepulcros blanqueados, fariseos, capitalistas se diría ahora (ahora, hace cuarenta años).
Rosendo Mercado tiene la facultad de tocar las pelotas, cuando te ha pillado. Con cuatro temas de cada disco se puede hacer una lápida que dure para siempre. En la vida te puede ir bien o mal, pero da lo mismo. Rosendo es la puta voz de tu conciencia, el inevitable encuentro con el yo íntimo. Aunque a veces te salte con un lenguaje "revolucionario", el disfraz no puede ocultar lo inocultable. Pocas veces te ves en el papel de "jodido" y muchas menos en el de "jodedor", por así decirlo. Pero el aviso pende sobre ti, sin acento. Si te atañe, es un mensaje sobremanera personal. Dice: lo que pensabas hace quince años no ha cambiado. Lo que te hacía sentir mal sigue existiendo. El lapso sólo significa el triunfo de lo que te hacía sentir mal. Sigue ahí, tan fuerte como siempre, tan fuerte como nunca. No es un mensaje acusador. Es informativo.
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