Pis olor a pato

Creo que estoy en una especie de sitio raro. Huele que apesta. ¿Será un zulo? ¿Me habrán cogido los terroristas malos que secuestran y matan jóvenes con lencería blanca? Sospecho que me han drogado y emborrachado varias veces. Me duele la espalda y a veces me revienta la cabeza. ¿He mencionado ya que huele que apesta? Estoy rodeada de cagadas de pato.
De vez en cuando escucho aves que aletean. Hay un pequeño agujero a un lado de esta construcción, que debe medir unos doce metros cuadrados, por el que sólo cabe un pato. O una gallina. Fuera hay una especie de corralito, y en él están los putos patos cagones. No hacen más que cagarse todo el rato. Eso sí, por la noche son bien calentitos. Creo que les gusto.
He perdido la noción del tiempo, definitivamente. Yo diría que llevo aquí cerca de un mes, pero bien podrían ser sólo dos semanas, o tal vez un año y medio. La rutina está consiguiendo que me convierta paulatinamente en un pato. Una mano enorme me pasa, de vez en cuando, un cuenco de leche por el agujero. No habla. Y mira que le he dicho barbaridades... A veces le añado cereales. Pienso de pato. No está mal. Te acostumbras al cabo de un tiempo. Debo estar como una foca. Y cago como un pato. Hay una especie de canalón que, de cuando en cuando, suelta un chorro de agua y hace la función "tirar de la cadena".
Al principio pensé que enfermaría. Por el contacto con las aves y las condiciones infrahumanas. Pero, al contrario, me siento más en forma que nunca. Algo entumecida, pero sana como una manzana. Como pille a los hijoputas que me han metido aquí, les saco los ojos. Poco a poco, voy eliminando la agresividad. Mis amenazas e improperios salen de forma mecánica, pero no se me ponen los pelos como escarpias. Me siento bien con mi nueva vida. Ya sé que es terrible, o tal vez síndrome de estocolmo patuno, pero es la verdad desnuda. Lo único que echo de menos es poder salir al patio y ver el sol, o sentir la lluvia. Justo delante tengo unos arbustos y ramas secas, pero al fondo puede apreciarse una valla de tela metálica. Me gustaría especialmente salir los días de lluvia, para asearme un poco.
Con estas condiciones patunas de vida, lo que voy a relatar no es más que una anécdota, y una suposición. Creo que, periódicamente, cada cuatro o cinco días, vienen varios hombres hasta este zulo-caseta y se masturban como monos, por turnos. Dejan caer el semen por una especie de respiradero-chimenea que hay en un extremo de la estancia. No sé si son uno o varios, pero yo diría que varios por las cantidades. No hacen casi ruido. Y les he gritado de todo. Pero nada, ni caso. Ahora me limito a ignorarles.
Evidentemente, he tratado de derribar una puerta metálica que me separa del mundo exterior, he gritado hasta más no poder "auxilio" y gilipolleces semejantes típicas de los dibujos animados, he golpeado el techo de uralita hasta hacerme sangre, etcétera. Pero eso ya no es importante. Lo importante es seguir adelante y cagarme en su puta madre de manera notable.
Han pasado por mi cabeza innumerables conjeturas. Obviamente, alguien me ha secuestrado. Me han emborrachado, drogado, vapuleado y vaya usted a saber qué más. Pero creo que ya he pasado por varias manos. Recuerdo vagamente el fin de mi vida habitual. Sospecho que alguien me hizo algo químico dos noches antes. Es la única posibilidad. Estaba algo pedo, así que bien pudo ser. Luego recuerdo al maricón de la tienda de cafés. Me hizo beber una botella de orujo asqueroso. Vomitivo. Nauseabundo. Y alguien me trajo hasta aquí en moto. No sé ni quién, ni cómo era, ni cuánto tiempo duró. Ni tampoco sé por qué estoy aquí. Soy una más en la lista de "gente" que puebla la tierra.
Al despertar, el primer día, estaba llena de rabia, dolor e impotencia. Luego sentí miedo. Ahora también, pero sólo ocasionalmente. Me concentro en mirar por el agujero. Me pongo a unos cuarenta centímetros. Así los patos pueden entrar y salir.
No he descubierto ningún ciclo. Aquí nadie pone huevos y, por tanto, tampoco nadie los recoge. La única opción es que todas seamos hembras. O que yo sea la única.

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