Fizzwizzle
Profesor Fizzwizzle. No deja de ser el típico juego, pero tiene un algo especial. El profesor es un tipo con carácter. Al juego le falta algo de personalidad. Una vez desentrañados los secretos básicos (los objetos y su funcionamiento), la cosa se convierte en un puzzle entretenido. Pero no pasa de ser puzzle.
Le faltan personajes. Extras. Sujetos que bloquean el paso (tipo monkey-island). Opciones para dos jugadores (ya sea compitiendo o colaborando). O algo.
Yo soy muy mal jugador de juegos. Por eso digo que me falta algo. Porque me enganchó muchísimo al principio, pero le falta algo de continuidad. Eso significa que puedo dormir más o menos tranquilo por las noches. En algunos sueños tengo que empujar imanes gigantes. Pero relajadamente.
La otra noche, en el "proceso de dormir hijo", éste apareció por el pasillo y dijo algo parecido a "fizzwizzle". Llevaba un oso agarrado. No es que le interese demasiado el juego. Lo ha visto un par de veces. Pero es que "se queda con todo", como se suele decir. Le interesan particularmente las caídas de Fizz. Supongo que, con cierta perspectiva, ver un profesor cayendo por unas dunas es un suceso bastante notable. Es como si las monjas de su guardería se tirasen de cabeza por el hueco de la escalera y luego de sacudirse el polvo dijesen: "What the fuck!" (¿Qué coño ha pasado?); o "For God’s sake!" (¡Por las faldas de San Isidoro!).
Roxette apareció un pelín antes que Transvision Vamp. En cierto sentido, eran similares. Pero la música de Roxette era superior. Muy original. Animo a los "metal" y a los estudiosos a escuchar a este grupo, y a compararlo con Transvision. La estética de Marie también era superior a la de Wendy. Wendy era más tipo los Fresones Rebeldes. Algo local. Marie era, es, una puta diva. Los Trans tenían algún tema demasiado parecido a otros de Rox. No puedo asegurar nada. Pero es que también tenían un empieze muy parecido a un tema de los Hot Chocolate (Wild Star). Vale, dejo lo escabroso para otro día.
Parece ser deque tuvieron un breve affair con MCA, la mítica compañía discográfica. Mítica, gracias a los enormes Lynyrd Skynyrd. El mejor de sus mejores temas "crudos": Workin’ for MCA.
En los grandes temas americanos [atención, teoría], si hablamos de los "grandes", siempre encontramos cosas muy similares. Relatos del día a día. En la letra de los Skynyrd, un relato de los años que pasaron a las órdenes de los MCA. Su vida diaria, por decirlo así. El rock de la cárcel. Costumbrismo. ¿En qué se puede diferenciar -dejando aparte la musicalidad- de un cante minero? El blues y el flamenco son idénticos en sus temas. Y son, a su vez, idénticos a sus equivalentes "regionales" en otras culturas.
Los temas yanquis se santificaron con la internacionalización y con el "pueblerinismo" propio de finales de los 60/principios de los 70. En aquél entonces, era guay decir que los campos eran verdes, y rojos los labios de la mujer amada. Tortuosas las sendas que conducían a la felicidad. Una época romántica y naturalista, al mismo tiempo. Fue la cultura de un tiempo. No de un estilo musical. Por eso sigue viva, cuarenta años después. Porque sus hijos siguen vivos. Y porque el romanticismo nunca muere. Aunque tenga que refugiarse en cuatro garitos de Malasaña o en dos programas de Rock&Gol.
El día menos pensado sustituimos a Manu Tenorio con la reencarnación de Bob Marley. A Víctor, con la de Jim Morrison.
Nos hace falta un puto Jim Morrison, desesperadamente. Necesitamos que muera Burdon y renazca de nuevo. Necesitamos lo viejo renovado. Que la MCA se convierta en El Corte Inglés. Que los gitanos hablen de Gallardón y se olviden del Perché. No vamos mal, de verdad, pero necesitamos algo de aquaplast. Un golpe de estado cultural. Alguien que diga: "Aquí están los dosmiles. Os creíais que los logros de nuestros padres se habían ido a tomar por culo. Después de tres décadas, intentásteis asimilarlos y llevarlos a vuestro lado. Pero venimos con fuerzas renovadas. Cada vez regresamos con más fuerza. Llamadnos Anticristo si queréis, si es que os empeñáis en que Cristo os dé la razón a toda costa. Llamadnos Revolución, si es que no podéis asumir el cambio. Porque el cambio siempre es positivo, y ya son muchas generaciones diciendo que si «los jóvenes tal» o «los jóvenes cuál». Habéis ideado la televisión digital. La PlayStation. La Xbox. Intentáis apartarnos de nuestro camino. Y nosotros jugamos a la Play. Vemos el mundial de fútbol. Hacemos zapping. Pero no nos apartamos de nuestro camino. Cada vez más, no tenemos otra salida".
Siguiendo con la declaración: antes había más oportunidades, al menos en apariencia. Podías condenarte por no ir a misa. Físicamente, podías ir al paredón. Pero nadie te impedía hacerte pasar por loco o emigrar a cuatro kilómetros de tu pueblo y hacer lo que te viniera en gana. En las altas esferas, sigue siendo igual. Puedes predicar la "verdad", y luego hacer la "mentira". Da igual ser obispo que ministro. Pero a baja escala hay pocas salidas. A un simple, lo mismo le da vender drogas, que cultivar el campo, que ser abogado del estado. A un listo (comunalmente hablando, se entiende) se le pueden cerrar todas las puertas. Mira que estamos hartos de ver negros raquíticos por la televisión, que nos da lo mismo. Nos toca la polla. Igual nos da ver un recién nacido de Ghana muriendo de disentería que un capítulo de Friends (siendo, a priori, más real la muerte que la risa). La vieja (y ya olvidada) plataforma 0,7 luchaba por una cantidad ridícula. Hoy se ha olvidado. El nombre correcto era "plataforma 50". Y unos pocos murieron por el 0,7. Si hubiese triunfado la "plataforma 50", viviríamos exactamente igual. Pero pagariamos 5 millones por una vivienda. No 50. Trabajaríamos las mismas horas. Pero pagaríamos 10 por un billete de autobús, en vez de 120. Sería igual de rentable trabajar en un país "antiguamente pobre" que en el nuestro "antiguamente rico". Los inmigrantes no existirían (o existirían del mismo modo en unos u otros países, como simples "viajantes"). Etcétera. En teoría, todos los países tienen, como mínimo, un potencial idéntico. Y si hablamos de riqueza natural o de inteligencia, mi país iría, obviamente, en la cola del mundo mundial. En España no hay ná. Aparte de beneficiarse de la cercanía de un conjunto de países coleguitas (por mucho que hayan peleado históricamente, o tal vez "gracias" a ello). Por no haber, no hay ni ná. Estamos completamente pelados. En cualquier país sudamericano o africano hay más sol, más agua, más paisaje, más petróleo, más de todo.
Lo único que nos hace grandes en el libro de la historia es haber sido capaz de ignorar las reglas, extraoficialmente. Nos hemos follado cualquier cosa con dos patas del género homo sapiens. Y nos hemos dejado follar. El Rey se oponía, pero era y tenía mulatos. Hemos compartido lo que teníamos sin contrato prematrimonial. Sin complejos. Extraoficialmente, eso sí. Eso nos hace grandes. Nos honramos de ser de Segovia y tener los labios gruesos. De Cádiz y la tez casi negra. De Navarra, con cabellera rubia y labios estrechos. De Madrid, viniendo de Extremadura, con padre vasco y madre italiana.
El desarrollo sostenible y la globalización consisten en que todo el mundo acepte las reglas impuestas por los que mandan. Hay que ayudar al resto con moderación. Tener una renta per cápita aceptable (en el país de partida). Unas leyes "humanitarias" -¿de la "humanidad"?-, siempre y cuando coincidan con las del país que manda. Una igualdad cortada a trasquilones.
Con suerte, un día digo algo más interesante (o convincente, cuanto menos).
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